¿La temporada de natación será tan segura como solía ser?
Sí, dicen muchos especialistas en el tema:
“No hay datos de que alguien se haya infectado de coronavirus de esta manera”, dijo la profesora Karin B. Michels, presidenta del Departamento de Epidemiología de UCLA, en una entrevista reciente.
“No puedo asegurar que es absolutamente de cero riesgo, pero puedo decirles que nunca ha ocurrido que se contagien de COVID-19 en una piscina o el océano”, dijo Paula Cannon, profesora de microbiología molecular e inmunología en la Escuela de Medicina Keck de USC. “Es extraordinariamente improbable que esto suceda”.
En los sitios web que dan consejos sobre pandemias, los Centros federales para el Control de Enfermedades dicen: “No hay evidencia de que el virus que causa el COVID-19 pueda transmitirse a las personas a través del agua en piscinas, jacuzzis, spas o áreas de juegos acuáticos”.
Como señalaron ambos profesores, el cloro en la mayoría de las piscinas es suficiente para inactivar el virus.
La organización de Maestros de Natación de Estados Unidos menciona el mismo punto en su sesión informativa sobre coronavirus para los nadadores frecuentes de piscinas.
El coronavirus en psicinas, el cloro y el efecto de dilución
La científica de la Fundación Surfrider, Katie Day, escribió: “Se ha demostrado que coronavirus similares [a COVID-19] siguen siendo viables e infecciosos, al menos temporalmente, en ambientes naturales de agua dulce, incluidos lagos y arroyos”. Sin embargo, los investigadores dicen no estar seguros de que sea posible que los humanos contraigan COVID-19 de esa manera.
Incluso si fuera teóricamente posible, “no estoy preocupado por el océano y los grandes lagos”, expuso Michels. “El efecto de dilución es tan enorme que no creo que exista el riesgo de que alguien se infecte de esa manera”.
Cannon señaló: “Probablemente tendrías que beber todo el lago para obtener una dosis infecciosa del coronavirus”.
Paula Cannon, profesora de microbiología molecular e inmunología en la Escuela de Medicina Keck de USC
Hasta este momento, dicen los científicos, no hay datos que sugieran que el virus continúa siendo infeccioso una vez que ha pasado por un sistema digestivo humano.
“Al virus realmente le gusta estar a 37 grados centígrados [98.6 grados Fahrenheit] en la saliva humana. Le gusta estar cálido y húmedo”, explicó Cannon. “Obviamente, puede sobrevivir fuera del cuerpo, pero el reloj corre tan pronto como sale de él”.
En un análisis de materia fecal de varios casos de COVID-19 en la revista Nature, no se encontraron muestras infecciosas.
“Claramente, se necesita más investigación sobre este virus en particular”, manifestó Prather a Rosanna Xia, reportera de Los Angeles Times en abril, “para determinar si pierde infecciosidad a través del tratamiento de aguas residuales y la exposición al aire, la luz solar y el agua”.
Hay que preocuparse por el contagio en vestidores y bancas de la piscina
En lugar de preocuparse por el coronavirus en el agua, los nadadores deben mantenerse bien separados y tener cuidado antes y después de ingresar a la piscina, lago, río o mar.
Michels de UCLA y Cannon de USC
“Me preocuparía más tocar los mismos casilleros o superficies en el vestuario o en los bancos fuera de la piscina. Esos son de mayor riesgo que el agua en sí misma”, destacó Michels. “La otra cosa es que debes mantener la distancia… Más distancia siempre es mejor”.
El ahogamiento es la principal causa de muertes en piscinas
Al menos hay otra amenaza potencial en el agua cuya prevalencia está confirmada por datos: el ahogamiento.
Mucho antes de que comenzara la pandemia, los CDC calculaban 10 muertes por ahogamiento involuntario por día en Estados Unidos. En todo el mundo, la Organización Mundial de la Salud estima 320.000 decesos por ahogamiento por año.
Si estás solo en una piscina, lago o mar, Cannon subrayó: “Es mucho más probable que te ahogues a que te contagies de Covid”.
Fuente: LATIMES.COM